La Maratón Saharui…
Son días especiales estos en los campamentos de refugiados. A las 8 de la mañana cuando iba al colegio siempre me cruzaba con unos atletas corriendo, y seguro que pensaría : «que gente más rara, corriendo a estas horas con el frío que hace». Eran atletas profesionales y se alojaban en la casa de mi vecina. A lo largo de esos días les veía haciendo todo tipo de ejercicios y estiramientos. Me asombraba eso. Correr la marathon en los campamentos era de todo menos complicado o eso decían ellos. Pasaban por mi colegio y nos repartían dorsales como si de una carrera profesional se tratara, eran lógicamente de distintas categorías y por supuesto una experiencia única. Yo me preparaba psicológicamente hablando mucho sobre el correr y cuando nos llevaban del colegio al control de Smara, que entonces no había carretera, era el camino mas corto que podía recorrer esos días. Todos en fila y una vez que decían : «Listos … YA!» todos corríamos, no se veía nada, es más admiro a los que algún día pudieron ganar alguna de aquéllas carreras, el polvo que se formaba era casi como una tormenta de arena, sólo daba lugar a ver que por allí corrían unos cientos de niños que no saben a dónde van. Las madres no faltaron, como nunca lo hacen, allí estaban, cada una animando a sus hijos; me acuerdo de las tantas veces que veía a mi madre animándome como si yo fuera una profesional, pero claro, no era así. Es más, nunca gané. La satisfacción de ir a verla era inmensa, me abrazaba y con su melhfa me intentaba limpiar la cara, y yo siempre con la misma pregunta: » si no llegue la última, cómo es que no tuve premio?» No era ese el objetivo, supongo, sino el de participar. Eso ya era un premio. Qué no daría por volver a vivir esa experiencia y no por correr, sino por reflejarme en cada rostro de esos niños que corretean por allí, unos descalzos, otros calzados y otros empujando al que esté delante por llegar antes a la meta. Es parte del juego, la cuestión es divertirse, y poderlo contar.
Benda Lehbib Lebsir.
Imagen: Carlos Cristobal.
❤ SAHARA LIBRE ❤
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He participado en la Organización de muchas ediciones de la Marathon,experiencia solidaria de personas de diferentes Nacionalidades.Este relato me transporta a «Otra Marathon»la de los niños,que corren desde la INOCENCIA y su meta es la ALEGRIA de haber participado.Niños que aspiran a que termine la Marathon de la libertad para volver a su tierra,bajo su apreciado cielo,y crecer jugando como cualquier niño del mundo.Verdaderamente como cuentas es una pequeña Marathon para cada niño refugiado.
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